Cirujanos destituidos por discrepancias, otros tienen el privilegio de
ser comisionados en IPS, y sectores complejos como terapia intensiva,
quedan en manos de enfermeras que no son terapistas, así se maneja el
Instituto Nacional de Cáncer.
El Instituto Nacional del Cáncer (INC) se maneja como un centro de
salud, ya que el 50 por ciento de los casos atendidos corresponden a
otras patologías no oncológicas.
Perdió a, al menos, tres
cirujanos especialistas por discrepancias con el manejo de la dirección y
otros cinco gozan del privilegio de estar comisionados en el Instituto
de Previsión Social (IPS).
Asimismo, hay demora para la
realización de estudios, cirugías y otros tratamientos, y la terapia
intermedia es manejada por enfermeras no terapistas, a esto se suma el
uso irracional de infraestructura.
El médico oncólogo, Dr. Francisco Perrota Martínez, secretario
gremial del el Instituto Nacional del Cáncer, contactado desde Chicago
(EE.UU) donde se encuentra asistiendo a un congreso, dijo que es una
vergüenza la actual situación que se vive en dicho hospital.
Lamentó
el padecimiento al que son sometidos los pacientes. “Nos avergüenza,
primero como personas, porque vemos la humillación en su máxima
expresión a que son sometidos nuestros pacientes; en segundo lugar,
porque colegas enceguecidos por cuidar sus bonificaciones
extraordinarias pierden objetividad y llegan al denigrante estadio del
sometimiento en defensa a la ineficiencia y falta de gestión que
perjudica a los enfermos necesitados y son cómplices de dicha
situación”, remarcó.
Como tercer punto de la vergüenza citó que se
ha perdido todo nivel científico y académico de otros tiempos,
acompañado de la perdida de liderazgo a pesar de que es el único
Hospital del Cáncer.
“Los 1.500 casos de cáncer que consultan,
según dice el director (Dr. Héctor Dami), produce este desfase por falta
de gestión, ya que se da atención a patologías no oncológicas como
problemas de 'útero caído', piedra en la vesícula; el 50 porciento son
enfermedades no oncológicas”, manifestó.
Además Perrota Martínez
dijo que existe un uso irracional de la infraestructura teniendo en
cuenta que de una capacidad para 200 camas, funcionan solo 120 como
máximo.
Mientras, las salas de internación se usan para vestuario y
depósitos “Es un caos debido a que no hay un plan nacional de control
del cáncer y no existen objetivos ni plan estratégico, se actúa como un
centro de salud. Y es como denuncian los pacientes y los médicos, hay
una demora de dos a tres meses para consultar en radioterapia e iniciar
tratamiento”, indicó.
El Dr. Perrota Martínez añadió que los
estudios patológicos se demoran un mes, por falta de insumos, debiendo
un estudio patológico emitirse en tres o cuatro días. “El banco de
drogas es una farsa, no se dispone de las drogas básicas, como
analgésicos, para controlar el dolor, muchos menos para la alimentación
enteral o parenteral”.
En tanto, pese a ser un hospital de alta
complejidad, apenas posee una terapia intermedia, que para más es
manejada por enfermeras, debido a que carece de terapistas, aseguró.
Traslado de especialistas
Por
otro lado, otro profesional que prefirió el anonimato por temor a
represalias, con traslados y degradación de cargo sufridos por otros
colegas que denunciaron mala gestión del hospital, señaló el Instituto
del Cáncer cada vez tiene menos médicos cirujanos calificados y
especializados en el extranjero. Actualmente cirugías complejas son
realizadas por médicos con pocos años de ejercicio de la profesión.
Uno
de los primeros que salir del hospital, en el 2008, fue el Dr. Jorge
Varela, cirujano especializado en Francia, quien actualmente trabaja en
el Hospital Nacional de Itauguá.
Le siguió el Dr. Juan Carlos
Oviedo, cirujano urólogo especializado por cinco años Sudáfrica, por lo
que actualmente el INC no tiene a un especialista en el ramo a pesar de
la gran cantidad de pacientes que padecen de cáncer de próstata.
El
último cirujano puesto “a disposición” de Recursos Humanos del
Ministerio de Salud Pública es el Dr. Emigdio Idoyaga, el pasado 14 de
febrero, luego de que nos acompañara a hacer fotos de la excavación de
un nuevo pozo y del sistema de tratamiento de agua para el hospital, que
recibía el vital líquido sucio, ocasión en que fue fotografiado con
nosotros por la administradora del centro asistencial, Yudith Román . El
mismo es especialista es cirugía gastro intestinal y abdominal.
Otro
especialista castigado por denunciar irregularidades en el Departamento
de Radioterapia, es el Dr. Gustavo Guggiari. El profesional fue
degradado luego de ser jefe del servicio de Radioterapia por 20 años,
pasando a desempeñarse como un médico más, en vez de aprovecharse su
experiencia en favor de los pacientes.
Comisionados
Por
otro lado, la dirección del Instituto Nacional del Cáncer, a cargo del
Dr. Hector Dami, lejos de potenciar su plantel de médicos, también
permitió el comisionamiento de varios médicos, entre ellos del Dr. Amado
Gill, urólogo especializado en España. El Dr. Gill funge de asesor de
la ministra de Salud, Dra. Esperanza Martínez y es representante del
Ministerio ante el IPS.
Asimismo, la Dra. Maria José Avila,
comisionada en el Hospital de Clínicas, Departamento de Mastología; y el
Dr. Nelson Mitsui, quien ahora funge de director de hospitales del
interior en el IPS. Es un gastroenterólogo especiado en Japón por varios
años.
Igualmente, se acogió al beneficio del comicionamiento la
pediatra oncóloga, Dra. Elva Lezcano, actual jefa en el Departamento de
Quimioterapia del IPS (pediatra oncóloga); y la Dra. Fany Medina,
mastóloga, quien también está actualmente en la previsional.
Los turnos
Los
pacientes deben esperar turno para cirugía de tres a cuatro meses; para
endoscopia, tres a cuatro meses; para ecografía un mes, tomografía, un
mes; para radioterapia, dos meses, según datos aportados por los
pacientes.
Por otro lado, el número de cirugía practicadas
disminuyó en comparación a años anteriores. Actualmente se realizan
entre cuatro a cinco intervenciones mayores por día, mientras que en el
2011 estaban en el orden de 10 a 11.
Además, existen cerca de 40
camas desocupadas y las salas donde se encuentra permanecen candadeadas y
se utilizan en su mayoría como depósito, la mitad están ubicadas en
quimioterapia (planta baja) y la otra mitad en el sector de cirugía.
Operados internados en albergue
Mientras
no están disponibles las camas, porque las salas son utilizadas como
depósitos, pacientes recién operados son internados en el albergue, como
el caso de Heriberta Gonzalez de 74 años, procedente de Presidente
Franco.
La señora fue intervenida el viernes de un tumor en el
rostro, con cirugía local, y se quejó mucho de dolor durante y después
de la cirugía, nos comentó su hijo Isidro López. Luego de la
intervención, Isidro señaló que llevó a su madre caminando hasta el
albergue, donde se ingresa por una escalera, ya que no tiene rampa.
“Ella
ahora está bien, come bien, y nos atienden bien”, dijo el sábado en
guaraní. Indicó que trajo a Heriberta a consultar al Instituto del
Cáncer en febrero, y que le dieron cita para cirugía para el 31 de
julio, pero que debido a que su madre ya no podía estar del dolor la
trajo de vuelta.
“Vinimos el jueves y sino nos solucionaban acá,
íbamos a irnos a Emergencias Médicas o buscar solución en otro lugar,
porque mientras esperamos que llegue julio mi mamá ya se va a morir
porque ya no aguataba más. Pero gracias a Dios le operaron ya”, dijo en
nuestro idioma nativo.
Por otro lado, existe una total falta de
respeto hacia los pacientes fallecidos. El viernes una niña de 11 años,
quien padecía un tumor en el cerebro, falleció y su cuerpo fue llevado
en la carrocería de una camioneta con logo del municipio de Tobati.
El
padre de la criatura, de apellido González, no consiguió ambulancia en
el hospital para trasladar el cuerpo sin vida y por ello recurrió a
dicho municipio, según comentaron los familiares de otros pacientes.
Impericia médica
Hace
aproximadamente un mes la funcionaria Norma Sosa llegó hasta el
Instituto Nacional del Cáncer para trabajar alrededor de las 6:30, bajó
apenas del ómnibus, porque no podía caminar y con cefalea. Fue atendida y
mantenida en el sector de urgencias del centro asistencial hasta cerca
del mediodía donde le suministraron clonazepan.
Luego fue llevada
hasta el Hospital Nacional de Itauguá sin previo aviso a los médicos del
lugar, como corresponde, y con un diagnóstico de distonia
neurovegetativa (DNV) conocido comúnmente como crisis emocional. Sin
embargo, lo que la mujer había tenido era un accidente cerebro vascular
(ACV).
A Itauguá llegó sin ningún estudio previo que ya se le
hubiera realizado en el Instituto del Cáncer, como análisis
laboratorial, radiografía, ni tomografía. Actualmente la señora tiene
una parte del cuerpo paralizada y ahora se encuentra realizando
fisioterapia y otros, a fin de intentar recuperarse.
Por Antonio Delvalle
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