La pésima presentación ante el 3 de Febrero colmó el vaso y terminó con otro ciclo de Gavilán al frente del Deportivo Capiatá. Capiatá se salvó de una inminente derrota gracias a la gran actuación de Joel Silva y de algunas equivocaciones de la terna árbitral que favorecieron al deportivo.
Capiatá hace rato perdió el rumbo y el entusiasmo en el torneo. Si bien el técnico no es el único responsable, es siempre el fusible que debe reventar en situaciones de presión y crisis.
La conclusión es que los jugadores en muchos casos son traídos por el técnico, quien es a su vez quien arma el equipo. Entonces se le atribuye la responsabilidad mayor en situaciones de fracaso.
Con el cambio del timón se pretende dar nuevos bríos al equipo y recuperar el entusiasmo para tentar de vuelta resultados positivos.