Una triste historia verídica, que ocurrió en su propia familia, fue la que inspiró a Clementino Ocampos Melgarejo a escribir 6 de enero, un verdadero himno del Día de Reyes, que se celebra en la fecha.
En cuatro estrofas el autor cuenta una historia, que sigue siendo realidad para muchos niños en nuestro país, que no reciben el ansiado presente de los reyes magos.
“Mi papá era sastre y ese 5 de enero estaba haciendo un traje con mucha prisa, porque tenía que entregarlo esa tarde. Estaba contento porque terminó y con la paga podía comprar los regalos de reyes para mi hermana Ramona Belarmina y para mí, pero lamentablemente el señor no fue a retirar el traje y mi papá se quedó sin ningún centavo y no nos pudo comprar los regalos”, comenta Rosa Claribel Ocampos, hija del autor.
Una de las niñas le dijo a su padre “qué malos son los reyes”, y él se inspiró y comenzó a escribir la poesía, que luego se hizo muy famosa. “Siempre nos decía que esa canción nos dedicaba a nosotras, y cuando había un niño que no tenía regalo nos lo recordaba”, agrega Rosa.
Ocampos escribió la letra en 1945. “Los dos chicos que aparecen: Antonio y Andresito eran sus vecinos, gente con mucho poder adquisitivo”, cuenta Luis Melgarejo, periodista y sobrino del autor, al tiempo de agregar que antes el poema se llevó al teatro. “El 14 de noviembre de 1948 Martín Escalante le visita a Clementino en Argentina, y pide autorización para ponerle música a 6 de enero, (...) y ese mismo día le conoce a Quintana”, según Melgarejo.
El 21 de diciembre de 1948 se interpretó por primera vez la canción en el bar El Chino de Pinozá y a partir de ahí, 6 de enero fue ganando notoriedad hasta convertirse en el himno del día de reyes en Paraguay.
“Dos grandes dieron vida a este tema, basado en la realidad del poeta: don Clementino Ocampos y don Martín Escalante. Tuve el privilegio de entrevistarlos a ambos, de compartir con ellos y de escuchar a mi madre (Máxima Lugo) recitar esos versos”, comentó la gestora cultural Marlene Sosa Lugo. “Indudablemente 6 de enero marcó a varias generaciones de paraguayos con el padre ausente. Formó parte del cancionero de los primeros días de enero, en las casas, en las radios, en el canto popular”, destacó Sosa.
Por Rocio Caceres
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