La Secretaría del Ambiente dentro del programa de monitoreo de los afluentes del Lago Ypacaraí, realizó numerosas intervenciones en los últimos días, constatando una grave contaminación por parte de empresas y viviendas que eliminan sus desechos a cauces hídricos afluentes del lago Ypacaraí.
Los
fiscalizadores de la Seam ya remitieron los datos de los trasgresores a
la fiscalía de Delitos Ambientales que procederá con las acciones
penales correspondientes, explica el informe oficial.
Uno
de los establecimientos intervenidos corresponde a la Granja de Cría y
engorde de Cerdos perteneciente a Darío Molinas, ubicada en la 6°
compañía Yatytay, en una zona sub urbana a 600 metros del cauce hídrico
del arroyo de Capiatá.
En
el referido lugar, detectaron que los efluentes resultantes de la faena
son acumulados en una laguna, donde mediante un canal a cielo abierto,
son derivados hasta el cauce receptor que es el arroyo Ferreira.
Además,
constataron otras anomalías como disposición y acumulación de residuos
sólidos a cielo abierto que favorecen la generación de larvas y
vectores.
Las
otras intervenciones se realizaron en el local de cría y engorde de
cerdos, perteneciente a Isabelino Torres, y a la chanchería, matadería y
engorde responsabilidad de Osvaldo Paredes, ambos sin licencia
ambiental, aclara de manera contundente la Seam.
En
ambos casos, exigieron a los responsables a tomar las medidas técnicas
correctivas con relación a los tratamientos de los efluentes líquidos y
sólidos, y su adecuación a la normativa ambiental vigente.
Los
trabajos continuaron este martes con cuatro intervenciones más en
Capiatá. La primera de ellas en la recicladora Olazar, propiedad de
Jorge Ramón Olazar Velázquez, en donde se constató que además de no
contar con licencia ambiental, los residuos sólidos son depositados en
un cauce que desemboca en el arroyo Yukyrymí, afluente del Lago
Ypacaraí.
Más
tarde, los fiscalizadores de la Seam, Francisco González y Gonzalo
Caballero se trasladaron a la grasería propiedad de Lucila de Amarilla,
ubicada en zona urbana que tampoco cuenta con licencia ambiental,
expedida por la Secretaría del Ambiente para su funcionamiento.
Además
se observó la carencia de medidas de mitigación para el olor
insoportable, el humo, la acumulación vísceras y la generación de moscas
e insectos.
Las
otras dos intervenciones estuvieron a cargo del fiscalizador Raúl
Alonso, en la Matadería de Ganado Vacuno, propiedad de Martín Bonet, y
la fábrica de Sal, propiedad de la empresa El Rombo SA
ultimahora.com
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