sábado, enero 18, 2014

SOBRE EL CONSTRUCTOR DEL TEMPLO DE CAPIATA

El Templo de Capiatá presenta muchas dudas sobre su verdadero constructor. Arturo Veliz describe que el templo de Capiatá constituye una de las reliquias de la fe cristiana e inclusive hace una transferencia cultural de lo que fue el nativo y su descendencia en el hombre capiateño hospitalario, gentil.
Del templo de Capiatá resalta su estilo diciendo que posee un altar de la sacristía y las naves laterales con sus esculturas y tallas se presume fueron ejecutadas por el maestro Gabriel. Éste fue un sacerdote y artesano formado en las reducciones de Itá y Yaguarón.
“ La obra del Señor en agonía fue del padre Adorno. Posee cuatro columnas espiraladas de petereby, con pedestales y capiteles corintios que enmarcan los nichos laterales donde están las imágenes del Arcángel Miguel y San Francisco Javier. 


El sagrario o tabernáculo con ornamentaciones de cintas, guirnaldas, tapa el primero de los cuatro escalones que llevan al gran nicho central(EL DE LA VIRGEN DE LA CANDELARIA) . Las dos campanas tienen inscripciones sugestivas y datan, la más grande, del año 1802 y la menor 1785.

También se aprecian la belleza de las tres naves y el sobrio buen gusto del presbítero rectangular, sobre el cual luce una bóveda de medio cañón y se admiran los retablos y pinturas de un estilo barroco rococó de singular hermosura…El Cristo tallado por un escultor capiateño hacia el año 1900 , siendo párroco el Padre Adorno. Su púlpito.


El altar mayor y los locales contiguos al presbiterio están separados por dos arcos de modo que forman el mismo ambiente, mientras que las columnas están embutidas en el muro. Uno de estos arcos del altar mayor descansa sobre un hueso de una gigantesca ballena que sólo Dios sabe, como pudo llegar a Capiatá.


El templo de Capiatá reunía a todos los feligreses en el día de su Santa Patrona, el día de San Blás y el de los Reyes Magos, donde se veneraba al Rey Baltazar cuyo oratorio está ubicado en el km 22 de la ruta 2.


La semana santa también era un espacio para reunir a toda la gente católica de la época, además de las fiestas patronales, especialmente el Domingo de Ramos donde se bendecían las palmas, el viernes santo con la dramatización de los Estacioneros, la muerte de Nuestro Señor, El Tupasy Ñehuguaiti del Sábado Santo y la Misa del Gallo, citas obligatorias para asistir a la Iglesia. Hasta nuestros tiempos se realizan estas actividades religiosas.
Tampoco deben olvidarse las ceremonias de Primera Comunión y la Confirmación, que se siguen dando con mucha celebridad.


Doña Mariana De Jesús Álvarez, en tiempos del Padre Medina, recordó que su casamiento se realizó en una de las giras de unos sacerdotes franciscanos de entonces, eran casamientos comunitarios, porque se vivía en concubinato y se aprovechaba la venida de estos pastores de la Iglesia para realizar una ceremonia comunitaria gratuita.
Fuente: Capiatá Cinco Siglos de Historia.

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