Efectivamente, una luz fuerte atravesaba el techo y dejaba al descubierto el desagradable escenario dejado por los delincuentes tras sus pasos. Polvo y escombros inunudaban el piso del comedor. Habían ingresado por el techo tras desplazar y quitar unas cuantas tejas y tejuelones.
Una placa eléctrica de cocina fue lo más importante que se llevaron, también se suman otros enseres menores. Llegaron a desconectar la garrafa y preparar otros muebles de cocina, pero ya no pudieron sacar, tal vez por que no caber por el agujero que abrieron, o por el apuro.
De todas maneras el perjuicio está hecho y el robo golpea a este comedor parroquial que con mucho esfuerzo, desde hace años, y diariamente, da de comer a una decena de niños y jóvenes en estado vulnerable, especialmente vendedores ambulantes y personas en sitaución de calle.
Con el robo de hoy, la Comunidad Educativa y Parroquia Virgen de la Candelaria, suma, en lo que va de este año 2020 en su triste estadística, tres robos: en febrero robaron la casa parroquial, luego atracaron la cantina y ahora entraron a robar en el comedor comunitario.
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