foto abc color |
El centro asistencial estatal de Capiatá estaba ayer abarrotado de pacientes, principalmente con síntomas de padecer dengue, esperando ser atendidos por hasta cinco horas. Los enfermos se quejaron de que solo un médico estaba de guardia, además de la precaria infraestructura y de los supuestos maltratos de parte del personal de enfermería y de otros funcionarios.Personas que por poco se desvanecían tenían que aguardar paradas su turno para ser atendidas, entre ellas madres con sus hijos en brazos. La espera era de entre tres y cinco horas incluso, para recibir atención. En el sector de recepción así como afuera del hospital público de esta ciudad aguardaban en total al menos 100 personas, con desesperación y lamentos.
Las cinco camillas de la Urgencia eran ocupadas en su mayoría por tres o cuatro personas cada una, una acostada y el resto sentada, con sus sueros. Además, había otras personas internadas en sillas e incluso paradas, en observación y con suero en los pasillos.
El escaso personal de enfermería del turno noche no paraba de asistir en medio de sus posibilidades a los pacientes, pero la queja generalizada fue que solo había un médico de guardia, por lo que la consulta demoraba en exceso.
Incluso había accidentados que llegaban sangrando y debían de salir de nuevo del hospital en busca de asistencia en otro lugar, por el abarrotamiento.
La infraestructura del centro asistencial es muy precaria y pequeña, lo que hacía aún más incómoda la espera a pacientes, algunos de los cuales temblaban por la alta fiebre. Vimos sueros de pacientes que colgaban de clavos debido a que la epidemia superó ampliamente la capacidad del centro asistencial y los escasos mosquiteros estaban de adorno, porque no había forma de colocarlos.
María Cristina Fariña contó a ABC Color que desde las 16:00 aguardaba con su hijo que “volaba” de fiebre y que a las 21:00 seguían sin atención. “Desde el martes está con fiebre, pero acá la gente va a morir antes de que se les pueda atender”, relató la señora, proveniente del barrio San Miguel.
Evelyn Noguera cuestionó el trato de los funcionarios de blanco, así como del personal de seguridad. “La guardia anterior a esta de la noche priorizaba sus mensajes de celulares. Ancianos y criaturas estuvieron esperando en sillas de ruedas y jamás les priorizaron a pesar de los reclamos. Me dijeron de manera denigrante y ofensiva que me calle o me vaya a otro hospital porque cuando hay epidemia es así”, resaltó.
Vanesa González con su hijo de 1 año y 9 meses dijo que estaba aguardando dos horas. Su criatura estuvo internada por otro problema de salud, pero volvieron porque empezó a tener fiebre alta. “Yo por suerte le di antifebril y con eso le estoy ayudando. No hay otro hospital en la zona y nos tenemos que aguantar”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por su comentario.