Rubio Ñu iluminó y adornó su Arboleda con goles. Fue el reencuentro con el triunfo con un claro 3-0 sobre el Deportivo Capiatá, que parece estar en otra cosa.
Un hecho puntual marcó el rumbo del espectáculo. Jorge Paredes dio la sensación de que seguía en “vuelo”, tras la clasificación en la Sudamericana y por doble amonestación fue expulsado. El equipo auriazul “arañando” pudo ir al descanso con el marcador en blanco, pero en la segunda etapa se notó la diferencia.
Hay veces en que una “macana” te cuesta el partido. Y la actitud de Paredes no fue la mejor, porque teniendo una amarilla protagonizó una acción imprudente que perjudicó a su equipo algo desgastado, que viene de experimentar sus primeras sensaciones a nivel internacional. Pero hay que pisar tierra y encarar cada juego con determinación, porque es la competencia doméstica la que permite traspasar la frontera.
Lo que no pudo hacer en la fracción inicial, Rubio Ñu hizo en la complementaria: marcar los goles. El “hielo” de la igualdad se rompió con un tremendo disparo desde fuera de área de Ángel Cardozo Lucena, un jugador caracterizado por la marca y que sorprendió con su balonazo.
El dueño se casa se motivó y el visitante se vino abajo. Alejandro da Silva registró una anotación espectacular, parecida a la de Lucena; poco después “peinó” el balón en el primer palo y estableció el 3-0 impensado, porque las cosas no venían bien en la Arboleda, en la que capaz soplen nuevos aires a partir de esta inyección anímica generada por la victoria.
Por Victor Miranda
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