sábado, abril 07, 2012

Denuncian inacción de políticos y autoridades hacia el bien común durante la recordación del Viernes Santo en Capiatá

El padre José María Velasco denunció la inacción de políticos y autoridades de Capiatá hacia el bien común y se lamentó por que Capiatá sea una ciudad que hace rato se durmió en el letargo por culpa de sus autoridades. "Mientras todas las ciudades vecinas crecen y cambian, Capiatá está cada vez peor", dijo entre otras cosas el paí Velasco durante la recordación del Viernes Santo que reunió a más de mil personas en la explanada del templo parroquial de esta ciudad.

 Velasco pidió el despertar de los capiateños para denunciar la corrupción imperante en las instituciones. "Capiatá esta manejada por un clan que está empotrada en todas las instituciones. Mientras el clan crece y se fortalece, Capiatá cada día esta peor", señaló.

En cura párroco agregó que la total inacción de los políticos y autoridades sume cada vez a Capiatá en el atraso y la miseria." Hay una total inacción de las autoridades hacia el bien común. Capiatá está desde hace años aletargada, sin dearrollo, sin progreso, en comparación con las ciudades vecinas", recalcó.

Por otro lado, destacó y valoró el trabajo de los humildes en favor de los más necesitados. "Valoro y resalto la encomiable labor de los integrantes de las 52 comunidades, que dedican su tiempo y esfuerzo en favor de los demás. Congratulo a todas estas personas que se esfuerzan solas, sin ayuda de las autoridades, buscando crear mejores condiciones de vida en favor de sus hermanos más necesitados", enfatizó. 

Una multitud se congregó en la tarde de este viernes en la explanada del templo parroquial para seguir de cerca la recordación del Viernes Santo. Las actividades arrancaron a partir de las 11:00 con la procesión de la Cruz mayor y el vía crucis. Posteriormente, Jesús fue clavado por el madero. La cruz con jesucristo crucificado fue levanda y colocada en medio del buen y mal ladrón. Tras la lectura de las siete palabras, a las 15:00, se produce la muerte de Jesús, instante en que la imagen de Jesús, de tamaño humano, inclina la cabeza y cierra los ojos al son de tres repiques de campana. El momento es seguido por el canto lastimero de los Estacioneros. Más adelante, los apóstoles bajan a Jesús de la cruz, lo colocan en el féretro y se inicia la procesión por los alrededores del templo. Luego, la imagen de Jesús es colocada sobre una mesa y los fieles se acercan para el tradicional Tupaitú.

Milciades López Vallejos
info@capiatadigital.com

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