Tres inmuebles privados de proporciones considerables funcionan como un vertedero clandestino en una zona poblada de la ciudad de Capiatá, Departamento Central. El sitio tiene una vasta extensión ya rellenada precariamente con desechos y en el lugar están aparcados equipos viales, lo que hace sospechar que el vertedero ilegal funciona hace un buen tiempo y forma parte de un negocio bien montado.
En el barrio Kennedy, no muy lejano del cruce del km 20 de la ruta 1, está situado el vertedero que cubre un amplio campo de terreno, en medio de numerosas viviendas. Una escuela está a pasos del lugar.
A medida que uno se acerca al sitio, desde hacia la angosta y maltrecha calle Paso de Oro, se empieza a percibir el olor pestilente a basura podrida. Según pobladores del entorno consultados por ÚH, ese molestoso olor empeora tras los días de lluvia y de calor e intensa humedad.
La nueva administración de la Municipalidad de Capiatá tiene identificados a los propietarios de los tres terrenos, todos colindantes, donde opera el vertedero clandestino. Se trata de Bernardo Mendoza, Toribio Cámpora y Nery Cámpora, según los datos suministrados en la Comuna.
INTERVENCIÓN. ÚH acompañó al director de Salubridad de la Municipalidad capiateña, Javier Díaz, cuando acudió hasta el lugar para observar las condiciones en que funciona la estructura clandestina que opera con la basura. El funcionario fue recibido por Mendoza, dueño de uno de los predios, quien tiene su casa en el lugar y quien dijo estar a cargo.
Recorriendo el inmenso espacio se puede observar que el vertedero mau se formó aprovechando las condiciones desiguales del terreno y en los casos necesarios se hicieron excavaciones para arrojar la basura.
Se nota que un amplio espacio ya terraplenado se rellenó con basura y tierra. El funcionario dijo que ese relleno tuvo que llevar su tiempo, por lo que se sospecha que el vertedero tiene más de 6 meses de actividad, más de la fecha que vecinos denunciaron a la actual administración comunal.
Hay varios montículos con grandes bolsas que guardan botellas de plástico recicladas de los desechos, y se vio un movimiento mínimo de recicladores en el predio.
Los datos recogidos por la administración municipal indican que hasta ese sitio se traen diariamente basuras provenientes de municipios vecinos cercanos, como San Lorenzo, Ñemby, Ypané y San Antonio. Lo que no se pudo precisar es si son de las recolectoras de basura que legalmente operan para esas ciudades, o son provenientes de actividades ilegales de traslado de basuras.
Andrea Beatriz Cardozo, vecina del entorno que rodea al vertedero clandestino, relató que hay días en que no pueden comer ni dormir por el fuerte olor que proviene de las basuras acumuladas y que ya sienten que les afecta en la salud. “Muchas criaturas de la zona están constantemente enfermas y hay mucha invasión de moscas”, describió.
ultimahora.com
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