Espaldas marcadas por la saña y teñidas del rojo de carne viva, fue lo común en la tradición sangrienta del "bautismo" de los estudiantes de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) que se produjo el miércoles en horas de la mañana, en un predio privado de la ciudad de Capiatá.
Como parte del particular festejo de bienvenida a la vida universitaria, los alumnos fueron sometidos a humillantes episodios, bajo el influjo de las bebidas alcohólicas.
Arrastrarse en fosas de lodo y vísceras de animales, caer en manos de peluqueros improvisados con ganas de decolorar o cortar cabelleras, fueron las acciones mínimas que sufrieron los alumnos, además de los golpes de algún arreador o cinto que estuviera al alcance.
De este ritual organizado por grupos de estudiantes de otros años y personas que incluso ya terminaron la facultad, según José Zaldívar, presidente del Centro de Estudiantes de Agronomía, participaron "personas que asistieron por voluntad propia".
Aproximadamente unas 250 personas estuvieron presentes en la actividad organizada por los alumnos del tercer semestre, de los cuales cuarenta fueron los "bichos" ingresantes, entre ellos un número 15 chicas.
La reunión comenzó en una canchita ubicada en la ciudad de San Lorenzo, de ahí partieron en buses y camionetas hasta el sitio del bautismo. Desde ese momento, ya se iniciaron los azotes.
Los propios ojos de Zaldívar evidenciaron la situación. "Estuve por ahí, monitoreando, velando por los intereses de los estudiantes. Hubo un poco de exceso, siempre dentro del confort", explicó el dirigente universitario.
Contrariamente a lo que evidencian las fotografías, Zaldivar sostiene que "no hubo arreadores como en años pasados". El estudiante acotó además que algunos de los padres de los ingresantes decidieron retirar a sus hijos del predio privado para evitar que pasen por el ritual.
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