Monges lidera el festejo capiateño. foto abc color |
Deportivo Capiatá venció a Olimpia por 2-1 en el Manuel Ferreira. El cuadro capiateño lleva cuatro triunfos seguidos desde la llegada de Gustavo Florentín: fue verdugo de Libertad, Cerro Porteño y ahora de un Decano que dejó de ser puntero.
El Manuel Ferreira albergó un duelo que centró la atención de todos este sábado: Olimpia, que con una victoria volvería a la cima como único líder, recibía a un Deportivo Capiatá que venía de hilar tres triunfos y buscaba ubicarse en los primeros lugares.
Bajo la dirección técnica de Gustavo Florentín, el cuadro capiateño dejó con las ganas a los ambiciosos Libertad y Cerro Porteño, y este sábado arrancó de gran forma en Para Uno.
Una acción de pelota quieta fue suficiente para abrir el marcador a los 9’. Rubén Monges, sin marca alguna, conectó de cabeza un centro enviado por David Mendita que cayó al corazón del área y adelantó a los suyos.
Con el 1-0 en contra, el Decano se vio obligado a replantearse todo. Al elenco de Éver Hugo Almeida le costó bastante generar situaciones, prácticamente no pesó en la ofensiva.
Bernardo Medina no tuvo tanta exigencia con algunos remates lejanos. Recién antes del cierre del primer tiempo, Olimpia llevó peligro a la portería visitante en una jugada enredada. Medina y Gustavo Noguera se encargaron de mantener la ventaja.
Néstor Camacho fue la apuesta de Almeida para el segundo tiempo. En un par de minutos, el recién ingresado ya causó estragos en la defensa capiateña. A los 52’ sacó un tiro potente que fue desviado por Medina.
En los pies de Junior Marabel, el club auriazul desperdició el segundo y poco después lo lamentó. Una mano de Monges en el área fue cobrada por el árbitro Ulises Mereles. Néstor Ortigoza lo cambió por gol a los 54’.
Camacho le cambió el rostro a un Franjeado que pasó a dominar el encuentro y a coquetear con el segundo. El aspecto físico capiateño también facilitó esta situación. Olimpia dejó espacios y el Deportivo Capiatá intentó aprovecharlos.
El rival llegó más en los últimos minutos y arañó el tanto de la victoria. Un tiro de Cristian López, que se desvió en su trayecto al arco, confundió a Librado Azcona y estuvo cerca de meterse en la portería.
Esto solo fue el aviso de lo que vendría. El incansable Dionicio López asistió a Aldo Quiñónez y el tiro de este pegó en Carlos Rolón, engañó al arquero y sacudió las redes a los 90’ para concretar otro batacazo.