No soy resultadista, ni seré salamero para alagar o enzalzar a nadie solo por el resultado positivo, pero tras ver el juego de hoy ante Cerro Porteño de algo estuve seguro desde el principio, me gustó el equipo, la actitud, la entrega, el espíritu de cuerpo que demostraron los muchachos.
Estaba muy seguro de mi percepción y convencimiento de que se planteó y se jugó un buen partido, por lo que, aunque no se hubiera ganado, o se haya empatado o perdido, de la misma manera iba a valorar y resaltar lo expuesto por los muchachos.
Prácticamente la mitad del equipo estaba conformado por jugadores nuevos y jóvenes. Para la mayoría de los aficionados capiateños las caras de los componentes del equipo resultaban hasta totalmente desconocidos.
Pero de algo sí estaban seguros, estaban conscientes y responsables de lo que querían y donde apuntaban. Jóvenes entusiastas que pusieron ganas y nunca se cansaban de correr y pelear por cada pelota.
Bien por Rubén Monges, Miguel Chávez, Maicol Fernández, Denis Meza y Edson Riveros. Estos nuevos valores ensamblaron de manera excelente con los más experimentados para hacer que la máquina funcione casi a la perfección.
Bien también por Bernal, que demostró que no en vano está pasando su tiempo por la institución capiateña pues en su primera oportunidad para dirigir el equipo principal demostró que es inteligente y tiene visión de juego.
Cerro en ningún momento superó a Capiatá. David Mendieta, de cabeza señaló le gol de la victoria capiateña.
Por la última fecha el deportivo visita a Rubio Ñú y otra victoria seria fabuloso, para en lo sucesivo, posicionar a Capiatá para el Clausura, de manera a volver a ser y recuperar el sitial de equipo querido, admirado y respetado por todos.
Milciades López Vallejos
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